
Como dice Neruda, sucede que me canso de ser hombre. Sucede que me canso de mis pies y mis uñas y mi pelo y mi sombra. Cuando ocurre esto siempre está Irene para recordarme las cosas que valen la pena, para reconstruirme. Escucha mis llantos, mis lamentos que buscan ser transformadores y solo se quedan en desesperanza. Pero Irene siempre tiene una respuesta optimista a esas lágrimas, que es la mejor cola para reconstruir los miembros de una mujer que se destartala con facilidad. Y en su sonrisa mezcla la esperanza con la ilusión, la tolerancia con las ganas de hacer cosas. Aún me siento más humana cuando contemplo su generosidad, sus ganas de ayudar siempre a los demás, sea quien sea. A veces la cola que ha vertido en mi cuerpo logra atraerla hacia mí, imantizarla. Entonces es cuando disfruto el valor de las cosas simples: nuestras bocas se ríen de los bostezos, nuestras piernas corren para llegar al teatro, nuestros oídos escuchan más canciones prudentes de amor, nuestro olfato olisquea las perrunillas o nuestras manos buscan los pinchos de tortilla.
Sin embargo, a veces ella es la que se derrumba, se desmorona, pero su ruido es tan leve que las personas de su alrededor, que a menudo estamos haciendo cosas menos interesantes, no oímos el estrépito. Irene, deja que te intentemos reconstruir. Sabes que siempre tendrás a muchos restauradores dispuestos a ir más allá de tu sonrisa, a no dejarte sola ni un solo instante.
Muchas gracias, Irene, muchas gracias por no haberte cansado nunca de tus pies, de tus uñas, de tu pelo, de tu sombra. Felicidades por tus veintiuno. Espero que nunca abandones tus ideales, tus aficiones, tu forma de ver la vida... Sabes que siempre tendrás personas cerca dispuestas a cuidar por tu aliento, personas que se sentirán eternamente en deuda contigo por haberlas remodelado día a día. Yo conozco unas cuantas y me atrevo a decir en su nombre que te queremos un montón.
Por cierto, Irene ha quedado finalista en el X Concurso de Poesía de la Universidad Autónoma de Madrid, con su excelente poema “Síndrome”- que podéis leer en este blog-. ¡Enhorabuena por el éxito! Ya sabes que para mí es un honor y un privilegio poder compartir este blog con una escritora tan estupenda.
Sin embargo, a veces ella es la que se derrumba, se desmorona, pero su ruido es tan leve que las personas de su alrededor, que a menudo estamos haciendo cosas menos interesantes, no oímos el estrépito. Irene, deja que te intentemos reconstruir. Sabes que siempre tendrás a muchos restauradores dispuestos a ir más allá de tu sonrisa, a no dejarte sola ni un solo instante.
Muchas gracias, Irene, muchas gracias por no haberte cansado nunca de tus pies, de tus uñas, de tu pelo, de tu sombra. Felicidades por tus veintiuno. Espero que nunca abandones tus ideales, tus aficiones, tu forma de ver la vida... Sabes que siempre tendrás personas cerca dispuestas a cuidar por tu aliento, personas que se sentirán eternamente en deuda contigo por haberlas remodelado día a día. Yo conozco unas cuantas y me atrevo a decir en su nombre que te queremos un montón.
Por cierto, Irene ha quedado finalista en el X Concurso de Poesía de la Universidad Autónoma de Madrid, con su excelente poema “Síndrome”- que podéis leer en este blog-. ¡Enhorabuena por el éxito! Ya sabes que para mí es un honor y un privilegio poder compartir este blog con una escritora tan estupenda.
Alba